Los orígenes del tuning
Òscar Buetas
El tuning hace muchos años que está presente, aunque no siempre ha recibido este nombre. Antes que el año 1771 el ingeniero francés Nicholas-Joseph Cugnot construyera el primer automóvil movido por vapor, carros y carretas tirados por caballos eran personalizados. En sus inicios, el preparador alemán ABT ya tuneaba los carruajes de los nobles instalando insignias de oro, tapizados diferentes, etc.
Tal y como lo conocemos hoy, nace en Estados Unidos a principios del siglo XX. En los años 20, EE UU sufre un periodo de recesión económica. Los jóvenes quieren destacar y, al no poderse comprar automóviles nuevos, se encerraban en sus garajes con vehículos viejos experimentando para buscar más potencia y velocidad a sus coches, transformándolos y personalizándolos. En un principio estaban concebidos para participar en carreras de velocidad pero al poco tiempo se empezaron a ver por las calles. Ed Big Daddy Roth y George Barris, el King of Kustomizer y creador de coches míticos como el Ford Gran Torino de Starsky & Hutch, son importantes para entender la historia. En 1949 apareció la revista Hot Road Magazine, dedicada al tuning.
La práctica se fue extendiendo por diversas partes del mundo. En la década de los 50 llega a Europa, proliferando sobre todo en Inglaterra y Alemania. Estos orígenes europeos estuvieron relacionados con la competición. Ingenieros, preparadores y pilotos trasladaron su pasión por los coches, los motores y las carrocerías a los automóviles de la calle. Hay que destacar que la mayoría de los preparadores eran pilotos retirados de la Fórmula 1. Günter Irmscher o Toni Rieger son dos de los grandes nombres.
En España, el tuning o personalizaciones, nace a principios de los 70. Muchas preparaciones se hicieron sobre la base del 600. En esta época surgieron las primeras empresas españolas dedicadas a la fabricación de accesorios de personalización de vehículos, como Amortiguadores Selex o las llantas Targa. A mediados de los 80 comenzó a coger protagonismo con el estilo "racing", inspirado en los coches de competición. El impulso definitivo se produjo en los 90, con nuevas empresas, revistas especializadas, concentraciones, etc. El tuning español formó su propio estilo, el barroco, automóviles con mucha fibra y masilla y con múltiples accesorios estéticos. A partir de 2002 se produce el boom y ha ido evolucionando, al igual que en otros países.
Son pocos los territorios que no han creado su propio estilo, pero Internet ha permitido que traspasara fronteras. El espíritu de rebeldía de los jóvenes con recursos económicos limitados es una constante en los inicios del tuning en cada país.
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