Coches con personalidad propia
‘Tuning' e inversión, dos conceptos estrechamente relacionados
Òscar Buetas
Disfrutan de su vehículo y les gusta enseñarlo. No les molesta que la gente les pare y hacerse fotos junto a él. Cuidan hasta el más mínimo detalle con la intención de que el coche esté perfecto. Se gastan mucho dinero, pero es que para muchas personas el ‘tuning' es una afición con la que poder gozar.
"Crear tu propio coche y dejarlo a tu gusto, que no haya ninguno parecido al tuyo. Esa es la importancia del tuning", explica Rubén Cruz, de 22 años y propietario de la tienda BCN Tuning. Para los tuners (y no tunos ni tuneros, como precisa Ramón Àngel Castellà, director de las revistas Maxi Tuning y Maxi Moto Tuning, autor del libro Tuning, el fenómenos del siglo XXI y propietario del taller Cas Racing), personalizar su coche representa "llevar algo diferente a lo de que lleva el resto de la gente", argumenta Agustín Pruaño, de 33 años, informático-programador de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), que ha realizado una inversión de 18.000 € en su Renault Clio para dejarlo a su gusto, "estilo Fórmula 1". Carolina Ruiz, empresaria de Badalona (Barcelona), de 26 años y con un Peugeot 206 c.c. en el que ha gastado unos 25.000 €, añade que, además, se busca "que tenga algo especial que los demás no tienen".
Las inversiones varían de un coche personalizado a otro. Daniel Domínguez, transportista de 23 años de Barcelona, ha llegado a invertir 20.000 € en su Peugeot 206. Explica que "tienes un mínimo, como puede ser tintar los cristales, hasta lo que tú estés dispuesto a gastar". Un ejemplo claro es el de Rubén, que con su primer coche, un Opel Tigra, la inversión no superó los 6.000 €, pero con el actual, un Toyota Supra, se gastará unos 60.000 € para cambiarle "absolutamente todo", explica con gesto risueño.
Financiar un proyecto tuning se puede hacer de múltiples formas. Agustín ha tuneado su Renault Clio conforme ha ido ahorrando, ya que considera que un crédito es para algo necesario y, puntualiza seriamente, para él "esto es un capricho". Rubén Cruz, en cambio, señala que va "tirando de créditos y pagando poco a poco". Un caso particular, al combinar las dos maneras, es el de Daniel Alaman, de 24 años, frigorista de Barcelona y que tiene un Volkswagen Golf IV en el que ha invertido unos 10.000 €. Entre risas manifiesta que ahorra todo lo posible para transformarse el coche, pero para instalar la suspensión neumática tuvo que pedir un préstamo ya que no disponía de los 3.600 € que cuesta, y la tuvo que poner porque con el parachoques nuevo su padre le tenía que ayudar para no quedarse trabado en las rampas del parking y poder pasar.
No sólo varía el dinero invertido, también el tiempo de espera
Muchos los preparan sus propietarios. Es el caso de Daniel Cuadrado, contable de 22 años de Barcelona, que ha invertido en su Hyundai Coupé Tuscani unos 3.000 € y que se lo intenta hacer sólo o en compañía de alguien que sepa, ya que considera que el hobby también es hacer las cosas y no sólo tener el coche. Otros optan por ir a talleres especializados en tuning. "Te vas siempre a uno con nombre y que sabes que trabaja bien", explica Carolina. Daniel Domínguez subraya que "cuando estas dentro de este mundo ya sabes donde puede acudir y vas porque siempre alguien te lo aconseja". Pero no sólo varía el dinero invertido, también el tiempo de espera. Daniel Alaman remarca que "la espera se hace eterna", y recuerda con un poco de resquemor que tardaron cuatro meses en montarle y pintarle el parachoques delantero, después de haberlo pagado. Como dice Carolina, que ya ha tuneado dos veces su coche, "se ha de tener mucha paciencia ya que también tienes ansiedad por ver como queda". Según Ramón Àngel Castellà "un coche suele estar más de la cuenta y esto se debe muchas veces a la falta de profesionalidad, porque en ocasiones los plazos de entrega no se cumplen". Probar cosas, la tardanza de las piezas y los trabajos previos del taller provocan "muchos quebraderos de cabeza", concluye Daniel Domínguez mirando su automóvil.
Apoyo y fama
Se sienten apoyados por la gente que les rodea, los cuales se han acostumbrado a este hobby hasta demostrar un respeto hacía los practicantes. Dayana Gómez es la novia de Daniel Cuadrado y explica que antes de conocerlo, igual que mucha gente, asociaba el tuning a macarras y locos del volante, concepción que cambió al darse cuenta de que no es así y que "es una afición como cualquier otra". Pero no todas las parejas aceptan este desembolso económico, un hecho que puede crear disputas. Agustín recuerda, con un posado serio, que su última novia siempre le insistía en que no gastara los ahorros así. "Me gasto el dinero en lo que me gusta a mí, siempre y cuando no lo derroche y tenga dinero para mí", respondía él. Los padres también son claves, ya que como dice Daniel Domínguez "muchas veces te echan la bronca por tú bien, porque no es muy normal que con 20 años te gastes 40.000 € en un coche". La familia de Rubén se ha ido aficionando al tuning con las revistas y los videos y fotografías de las concentraciones a las que asiste, comenta observando el Peugeot 306 tuneado que tiene expuesto en su tienda. "El coche es un objeto importante en tu vida, pero no para rechazar la amistad de una persona", recalca Daniel Alaman fijándose en su novia Eva Janeiro, y es que la mayoría son conscientes de que existen otras prioridades. Carolina está casada y tiene dos hijos e insiste que mientras que sus hijos estén atendidos y tenga dinero para pagar la hipoteca, entre otras necesidades básicas, nadie tiene que criticarle en qué invierte su dinero.
"La mejor forma de eliminar esta fama es reivindicar que no es así"
La fama de macarras, locos y pastilleros les acompaña. "Somos gente humilde, sencilla, trabajadora y simplemente tenemos una afición. Un tuner no va a buscar problemas ni va a meterse con nadie, simplemente va a lucir su coche y que la gente admire la preparación que ha hecho", reivindica indignada Carolina, que, como otros, menciona el buen ambiente reinante en las concentraciones a las cuales acude con su familia y a las que asiste gente de todas las edades. En el último La Marató de TV3, dedicada al dolor crónico, se organizó una concentración en Sabadell (Barcelona) para recaudar fondos, una iniciativa que tuvo muy buena acogida entre los tuners, como bien recuerda Agustín, que se llevó un premio del cual se siente muy orgullos. Para él, "la mejor forma de eliminar esta fama es reivindicar que no es así y dar argumentaciones". Pero, como dice Daniel Alaman, estos prejuicios no se podrán eliminar mientras que haya tuners que realmente cumplan con los tópicos. El cine y la televisión tampoco les han favorecido mucho. "La película Yo soy la Juani, de Bigas Luna, nos ha perjudicado muchísimo ya que refleja lo que no es y la gente cae el tópico que no es, porque yo no voy desesperado por gastarme el dinero, y del Neng de Castefa prefiero no hablar porque sino diría muchos tacos", dice enfadado Daniel Domínguez. Daniel Cuadrado añade que carreras ilegales como las vistas en el filme A todo gas, en las que participan coches tuneados, son prácticamente inexistentes. Castellà explica que dicha fama se debe a que en sus inicios la gente del tuning era del extrarradio y critica que son muchos los que se han aprovechado del auge que ahora está viviendo este mundo.
Alegría e indignación
La sonrisa se dibuja en la cara de los tuners al preguntarles de qué parte de su vehículo están más orgullosos, la que nunca cambiarían. Aunque les gusta todo, siempre hay algo especial que refleja su personalidad y les da la exclusividad buscada. Los premios que reciben les llenan de una emoción indescriptible, que mezcla orgullo y satisfacción, ya que, como dice Daniel Cuadrado "te están diciendo que el tuyo es uno de los mejores coches". El mejor ejemplo lo que sienten al recoger un premio (que suele ser una copa de hojalata de 5 €), es el Daniel Alaman, que aún se emociona al recordar su primer Top 20 (tener uno de los 20 mejores automóviles de la concentración). "Me quedé a cuadros y subí a buscar la copa todo emocionado. Dormí con la copa, con eso te lo digo todo", explica. Ver sus coches en una revista es "uno de los mejores reconocimientos", dice Daniel Domínguez. Y es que para ellos el tuning les aporta sensaciones únicas.
"El ‘tuning' se basa en tener algo único que nadie tiene"
Carolina tiene su Peugeot 206 c.c. para exponerlo y disfrutar con sus hijos y su marido, pero diariamente utiliza un vehículo normal, ya que tiene miedo del daño que algunas personas le puedan hacer, a través de rayadas o pinchazos. Son muchos los tuners que se compran otro coche de serie para desplazarse a diario. Agustín acaba de adquirir un automóvil sin tunear para moverse, ya que "para aparcar es más cómodo" y va sin preocupaciones. Esta situación, según Castellà, se produce por la "inversión que hay metida y por tenerlo que dejar aparcado en según que sitios. Así tienen el coche tuning que sería su hobby, y el coche normal como su vehículo de transporte". Para evitar disgustos, Eva Janeiro explica que ha optado por llevar su coche cuando sale de fiesta con su novio Daniel Alaman. Las parejas también padecen cuando los ven sufrir, nos dice Dayana Gómez cogiéndole la mano a su pareja Daniel Cuadrado, a quien no le gustaría tener que comprar otro, aunque denuncia que "la gente no respeta nada".
Pese a los problemas con las homologaciones, la ITV, la Policía, los envidiosos o los prepotentes, los tuners se sienten pletóricos al conducir, según ellos, auténticas obras de arte rodantes. Como dice Daniel Alaman, de manera expresiva, "parece mentira que a veces ves el coche de serie y lo ves después de la transformación y, ¡madre mía!, te preguntas cómo lo han hecho: es impresionante.". Castellà define el arte como expresar lo que sentimos; por lo tanto, transformar coches es un arte, a lo que añade que los que no son artistas prefieren que su arte lo ejecute otra persona, de la misma manera que el que compra un cuadro y también está adquiriendo arte. Hay personas que no comprenden el gasto que realizan para dejar el coche diferente a como sale del concesionario, por lo que Carolina aclara que "el tuning se basa en tener algo único que no tiene nadie, que no sea algo estándar, que cada uno tenga su coche a su gusto y a su manera y esté completamente convencido de lo que ha hecho y quede satisfecho en todos los sentidos".
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